lunes, 29 de junio de 2009

EL ÑOÑO

He vuelto a quedar con mi amigo el de la playa. La segunda vez que quedamos esperé a que él me llamara, dejándo deliberadamente que el destino decidiera, pero las dos siguientes he sido yo la que ha tenido la iniciativa y aunque él se apunta enseguida, tengo que reconocer que me creaba cierto pudor volver a ser yo quien llamara, no es algo a lo que este acostumbrada. Así que consulté con Arturo, que para bien o para mal se ha convertido en una especie de consejero de relaciones (y que merece toda una entrada, más que nada porque tiene 19 años menos que yo). Y su respuesta fue clara: haz lo que te apetezca sin pensar nada mas; llámalo y si quedan bien, pero si no quedan tampoco te emparanoyes, lo dejas para otro día y listo; es una relación sexual, no te comas el coco con nada más. Y me sirvió el consejo y lo llamé y todo fue bien.



Tengo que reconocer que físicamente estoy pasando por una etapa de lo más rara. Por una parte y a pesar del dopaje doméstico, estoy bastante deprimida, a menudo con ganas de llorar y de tirar la toalla en muchos aspectos. Pero por otra, tengo la líbido para allá arriba. No tengo ni idea de porqué, pero puedo decir, aunque no sin ruborizarme, que se me acabaron las pilas de mi amiguito el solitario y llevo dos semanas como loca buscando pilas de botón de ese calibre, que no se encuentran tan facilmente, ¡qué va!




Arturo y yo acordamos llamarlo el Ñoño, jejeje, que no suena muy bien, pero que le va al pelo por aquellos de que le gustan los dedos de mis pies. Tras los encuentros con mi amigo el Ñoño, salgo relajada y satisfecha, pero sobretodo con una especie de alegría natural, un subidón de serotonina de esa, que me dura varios días. Vamos a ver si somos capaces de no romper el pacto de sexo y solo sexo y no metemos la pata...

AMAR NO ES SUFICIENTE

Creo que hoy se ha terminado lo poco que quedaba con Gumer.

Para él todo se resume en una frase: yo soy buena persona, si te he hecho algo ha sido sin querer. No comprende que la buena intención no basta. No comprende que a veces, ni siquiera el amor basta. Yo a mi ex lo quise mucho y juraría que él a mi también y sin embargo no fue suficiente. No cuidamos lo suficiente la relación y además, nos metimos en berenjenales que se nos fueron de las manos. Con Gumer casi ha sido al revés. Se acaba por su dejadez, por su poco esfuerzo, por su poca implicación. Quiere tenerme en su vida sin cambiar ni un punto.

Si me llama a las 8 de la mañana cuando estoy de vacaciones, es porque quiere compartir sus momentos conmigo. Si no le pide a su jefe que le deje salir a su hora para estar conmigo, aunque yo haya cogido un avión exclusivamente para verlo, tengo que entenderlo, el trabajo es lo primero y hay mucha crisis. Si no tiene dinero para hacerme un regalo en mi cumpleaños, tengo que entenderlo, aunque a su ahijado le haga no uno, sino dos, para que no se moleste su padre que es su amigo...

Y como todo lo hace con buena intención se considera exento de responsabilidad y yo, yo estoy cansada de entenderlo.

domingo, 21 de junio de 2009

LA MENTALIDAD BUDISTA


Los budistas piensan que este mundo es el lugar al que vienen a pagar los errores que han cometido en vidas anteriores, a pagar su karma. No creen que el mundo sea un lugar bueno y maravilloso, sino todo lo contrario, un lugar de sufrimiento. Tampoco creen en un Dios benevolente que te cuida y te ayuda. No creen en ningún Dios sino en el poder de su alma para alcanzar el Nirvana, el estado superior del espíritu. Por eso cuando a un budista le ocurre algo bueno, cualquier cosa sencilla, como que el día está soleado, se considera especialmente afortunado ya que ha recibido algo bueno a pesar de que la vida es puro sufrimiento. A los católicos nos enseñan e inculcan todo lo contrario: Dios es amor y la vida es bella. Luego salimos a la calle y nos caen cuatro gotas y nos sentimos desgraciados y nos parece todo muy injusto.

Una vez viendo el telediario, vi unas imágenes de unas inundaciones en Alemania, un matrimonio de mediana edad, bien vestidos y refugiados en un hotel, lloraban a lágrima viva la pérdida de su hogar. Seguidamente pusieron unas imágenes de inundaciones en Tailandia, un matrimonio con sus hijos, trasladaba sus pocas pertenencias en unos tablones a modo de balsa, el agua les llegaba por la cintura y SONREÍAN, abiertamente, divertidos por saberse captados por la cámara.

No soy una experta en budismo y quizás haya confundido algunos términos, que me perdonen los budistas, pero quería contar aquí este ejemplo que me esfuerzo en recordar especialmente cuando los pequeños impedimentos de la vida cotidiana me hacen perder la calma. Lastima no haber nacido budista.




lunes, 15 de junio de 2009

DÍMELO AL OIDO


Soñé con mi ex. Sentía como él me hablaba al oído y poco a poco me hacía consciente de que estaba tumbada, boca arriba, media adormilada en mi cama y él, tumbado a mi lado, boca abajo, me hablaba al oído. De repente sentía miedo, miedo a que él pretendiera algo conmigo y abría los ojos, pero lo único que podía ver era la textura del edredón que me cubría la cabeza (que en la realidad no existe, pero que en el sueño podía distinguir nítidamente). Él hablaba y hablaba, pero yo me sentía tan incómoda en esa situación de proximidad que era incapaz de entender qué me decía.


Desde siempre he soñado mucho y he podido a menudo recordar mis sueños. También me ha gustado desde siempre interpretarlos, a mi manera, claro. De éste en concreto me llamó mucho la atención la nitidez con la que podía distinguir la textura del edredón. Analizándolo me doy cuenta de que desde que me divorcié, desde que duermo sola, acostumbro a taparme la cabeza totalmente, cosa que antes no hacía. Quizás tratando de no ver los restos del naufragio.


En cuanto a lo de que mi ex me hablara en el oído, enseguida me dí cuenta: lo que necesito es que mi ex reconozca su parte de culpa, es lo que más deseo. Él no reconoció, ni siquiera cuando ya estaba todo perdido, su papel en el desastre y créanme, lo tuvo. Quizás sea eso lo que me impida avanzar, lo que me impide digerir esa vida que tuve. Lo de que me lo diga al oído también tiene su simbolismo: no hace falta que reconozca su culpa públicamente, de hecho, sólo una sexóloga sabe lo que de verdad pasó, pero sí, al menos, que reconozca su culpa ante mí.


Lo más curioso es que un par de días después me llama mi ex desde Vietnam, que es dónde está ahora huyendo de sí mismo y me dice que soñó conmigo y que en su sueño no paraba de hablarme. ¿Seguiremos conectados? ¿Malabarismos del destino? ¿Casualidad? ¡Qué rara es la vida!

martes, 9 de junio de 2009

HOY HE NECESITADO A UN HOMBRE


Trabajo en un mundo de hombres: dos mujeres en un departamento con unos 12 hombres y eso tiene, claro está, sus ventajas y sus desventajas. Por un lado la moral la tienes allá arriba porque piropos no faltan, por otro tienes que tener muy claro qué bromas se pueden tener con cada quién y de qué se puede hablar con cada cuál, para evitar confusiones. Yo les digo que tengo dos normas: la primera, dónde tengas la olla no pongas la po.... y la segunda, no doy masajes más que a cambio de sexo, lo que lleva a la aplicación de la primera norma, jejeje. El sistema funciona, no puedo decir que haya habido malos entendidos con ninguno de ellos (dejemos a un lado un desliz con Arturo sin más consecuencias que el recuerdo de una tarde fogosa).

Lo más divertido es hacerlos rabiar y no es difícil. Si les digo que todos los hombres son iguales, se envenenan. Se envenenan aún más si les digo que como mujer puedo hacer dos cosas a la vez, capacidad de la que ellos carecen. Pero cuando ya se ponen que revientan es cuando les digo que en el sexo tiendo a la autosuficiencia. "¿Hombres?, ¿para qué? no dan más que problemas, lo mejor es la autosuficiencia". Y eso los mata, claro.

Pero hoy, hoy he necesitado a un hombre. Se me rompió la conexión de la manguera al grifo y el sistema de riego por aspersor a la vez y tras 4 días sin regar, el jardín pedía agua a gritos. Una hora me he tirado en el Leroy Merlin mirando chismitos para la manguera y al final los que me traje no encajan. Tuve que hacer un injerto y en el intento me medio bañé de arriba a abajo y al final logré regar el jardincito, pero no veas lo que me ha costado. Odio ese tipo de trabajos y lo reconozco, echo de menos a mi ex para estas cosas. Echo de menos a un "hombre de la casa" y tengo que ponerme a rebuscar porque no hace mucho me dejaron publicidad en el buzón de "maridos a domicilio" para todo tipo de manualidades. Quién sabe, igual lo llamo y hasta está bueno el tipo y todo.

domingo, 7 de junio de 2009

TODO UN CULEBRÓN

Ya conocí al subsodicho, al Ayoze y no me equivoqué ni en un punto, ni en una coma, y hasta le hablé del blog y de lo que escribí sobre su nombre. Eso sí, no me pidió la dirección y como además es por la Seguridad Social tampoco me atreví a dársela, porque no va a dedicarme un tiempo extra, vamos, digo yo.

Traté de hacerle un resumen de las circunstancias que me han llevado hasta este punto muerto en el que me encuentro y fue catastrófico, me lié y lo enredé todo. El pobre chico se perdía (a veces me pierdo hasta yo misma, de tanto lío). Cualquier tema que sacaba, cualquier pregunta que me hacía, daba vida a todo un culebrón y es que eso es justamente lo que me parece mi vida últimamente, un puñetero culebrón y de los malos. Concluyó diciéndome que paso por una crisis personal que me hace verlo todo negro y que para poder ayudarme necesita más datos. Me preguntó que si yo creía que ir a la consulta me iba a servir de algo y le dije que sí. Supongo que poder hablar de todo con una misma persona, que además está atada por el secreto profesional, al menos me va a servir para descargarme, para digerir todo este culebrón que ha sido mi vida. Dios, ¿cómo he sido tan torpe viviendo la vida? ¿cómo es posible que me lo haya montado tan mal?

En fin, eso, descargarme y escaquearme de paso del trabajo, que el otro día tuve un cabreo con mi jefe y me entró una jaqueca que me duró dos días y no se merece na de na, ese cabrón. Eso sí, para nuestra próxima cita, dentro de un mes, tengo deberes y nada fáciles por cierto: dibujar una cronología, reflejando brevemente los acontecimientos importantes de mi vida, tanto los buenos como los malos. Ni siquiera he empezado a pensar en ello y ya se me hace cuesta arriba, pero lo intentaré y volveré, total ya todo está perdido.

miércoles, 3 de junio de 2009

NOMBRE DE GUERRA


En los próximos días tengo cita con el psicólogo (recomendación del médico que me proporciona el DOPAJE DOMÉSTICO) y yo, que presumo de ser una persona de mente abierta, ya voy llena de prejuicios.
El primero me surgió nada más saber el nombre del tipo: Ayoze. El nombre, de origen canario, presumiblemente llegado hasta nuestros días desde los tiempos de los guanches, me dice muchas cosas. Igual me equivoco, pero apuesto que tiene entre 25 y 30 años. Los Ayozes, los Artemis, los Yerays, los Guayasens, son víctimas de una moda ya superada en la que se confundía el nacionalismo, el amor a la patria chica, con el uso de unos nombres casi impronunciables. Afortunadamente pasó la moda y volvieron los Pablos, los Samuels y otros. En cuánto oí el nombre empecé a preguntarme que va a poder decirme a mi un tipo que lleva tan poco tiempo en este mundo que dudo que haya tenido algo más que unas pocas experiencias. Sí, él tiene su carrera y en ella habrá aprendido técnicas, trucos, algo, pero cuando la vida te vapulea un poco descubres cosas que ni imaginabas.
Me he frenado y me he negado a sacrificar al pobre chico antes siquiera de conocerlo y en lugar de preguntarme qué me va a decir él, he empezado a preguntarme qué le voy a decir yo y casi que ha sido peor. Me he dado cuenta de que tengo 3 versiones de vida: la que puede conocer la gente en general, la que conocen los más allegados y la secreta, que nadie conoce al completo. No sé, no tengo mucha fe en todo esto. Me ha vuelto el tic del párpado, que solo aparece en los momentos de gran tensión y me he obligado a parar, que sea lo que Dios quiera, igual le doy la dirección del blog y que me lea.