COSQUILLAS

Anoche soñé que me hacían cosquillas en las plantas de los pies. No sé quién, ni por qué, solo eso, que me hacían cosquillas. Me despertó mi propia risa, esa risa descontrolada, indomable, que producen las cosquillas. Fue genial. Hacía siglos que no me despertaba tan descansada y relajada, tan llena de energía positiva.

Hoy he buscado el significado por Internet y aparecen varios, pero me quedo (por que me conviene, claro) con uno: "Recibirá dinero que había prestado o perdido" y ciertamente hay un dinerillo por ahí que ya me debería haber venido de vuelta.

De cualquier modo, lo mejor, despertar riéndote a carcajadas. ¡Qué bueno!

MIS TARDES CON LAURA

Me he vuelto a reencontrar con Laura, esa amiga del pasado. Y hemos vuelto a rememorar, a darle vueltas, buscando algunas explicaciones. No sé que me pasa con ella, pero ha vuelto a pasar, me he abierto y le he contado otros tanto secretos. Se ha horrorizado, sencillamente horrorizado. Asombrada de todo lo que ha pasado en mi vida y de como la he vivido olvidada de mi misma, anulada bajo el yugo voluntario de mi relación.

Dice que si he sobrevivido a todo esto, que está segura de que sobreviviré a partir de ahora, que renaceré de mis cenizas y me convertiré en alguien que de verdad valga la pena. Yo no estoy tan segura, porque mi vida sigue inmóvil, como en calma chicha. Pero al menos ahora la tengo a ella, que sabe todo el peso que llevo sobre la espalda, que sabe por lo que he pasado y puede entender porque soy lo que soy. Soy afortunada, he recuperado a una amiga.

MENTIRAS QUE ME VENDIERON COMO VERDADES

Mentiras que me vendieron como verdades: la primera, el sexo sin amor no es placentero, no disfrutas tanto como cuando lo haces con alguien al que amas. ¡Falso! Cierto que tienes que sentir cierta atracción por el otro, ya sea física, ya sea anímica, pero solo eso, cierta atracción. La novedad da mucho de sí. El adentrarse en una aventura que no sabes que camino seguirá. Abrir tu mente a esa aventura, guiándola y dejándote guiar, como en una obra de teatro improvisada. Y yo que creía en verdades como esa...he tenido que vivir una vida entera, morirme y resucitar, para darme cuenta de que todo eso era una patraña. Afortunadamente, llegué a tiempo de experimentar y vivir esa posibilidad.

ENCUENTRO

Nuevo encuentro con el Ñoño, mi amigo de la playa y ha sido sencillamente genial. Es increible como salgo renovada, relajada y risueña de esos encuentros. No siempre son tan, tan maravillosos, pero la mayoría sí y este último ha sido de sobresaliente.

Un poco de todo: sexo, caricias, masajes, complicidad, juegos. Lo liviana que me siento cuando no comparto mi pasado, ni siquiera mi presente, casi dos desconocidos, solo el aquí y el ahora, sin esperar nada del mañana. Por eso nos vemos solo una vez al mes. Al menos yo lo hago por eso, porque sé que si nos viéramos más a menudo la magia se diluiría en la rutina y yo para sentir, para disfrutar, necesito la distancia.

Las cosas empezaron así con Gumer también, pero al poco tiempo, unos cinco meses aproximadamente, se empeñó en confesarme que me quería y eso fue el principio del fin, porque luego sus actos no se correspondían con sus palabras y claro, yo esperaba que si. Yo me hubiera dejado llevar y le hubiera entregado la llave de mi corazón, pero resultó ser tanto de lo mismo, palabras. Espero no estropearlo con el Ñoño.

LA RABIA

Tuve nueva cita con Ayoce, mi psicólogo y yo misma me quedé un poco alucinada de como estuve. La hora entera habla que te habla, contándole todo lo que me ha pasado: mi encuentro con esa amiga del pasado que me dejó claro que mi ex me mentía; el tema del cáncer y lo falsa que es la ley de la atracción; una pelea que tuve con Arturo y Peter, que ya paso de ellos porque son como niñatos de primaria; otra que tuve con uno al que le presté una guía de viaje y que no tenía intenciones de devolverme (pero terminó devolviéndomela por como me puse); etc. En definitiva, el sentimiento predominante: la rabia y su manifestación exterior: estoy de uñas con todo el mundo, especialmente en el trabajo, donde a este paso, dentro de nada me veo hablando con las paredes.

Además, si la ley de la atracción es una patraña, vayan a la basura todos los libros de autoayuda y a partir de ahora me voy a permitir el lujo de desear lo que me de la gana. Que alguno me hace algo con el coche...pues le deseo que se estampe en la próxima curva y si pasa no será por culpa mía. Y así con todo, especialmente en el trabajo, donde no me siento a gusto y estoy cansada de ser la benevolente, la paciente, la que lo aguanta todo. Lo más interesante es que además me da igual.

Ayoce no lo vio tan positivo, dice que está bien que saque esa rabia fuera, pero que tenga cuidado no sea que lo vaya a pagar con quien no se lo merezca. Dice que mi rabia es contra mi ex (yo creo que también es contra otras muchas cosas, contra mi misma probablemente), que si creo que me puede servir de algo que le llame o quede con él y le suelte todo lo que se me apetezca decirle. No por lo que él pueda contestar, simplemente por si a mi me apetece cantarle las cuarenta. Yo la verdad es que descarto la idea totalmente. Su recomendación, que escriba sobre nuestra relación, porque sino me será muy difícil digerirla. Tampoco se me apetece escribir sobre eso, pero lo tendré en cuenta. Por lo demás Ayoce dice que para nada ha pensado en ningún momento que dejemos de vernos, que aún me hace falta, así que seguiré yendo. Aún me queda mucho camino, aunque ya sepa porque vereda seguir mis pasos.