Pues eso, que soy una enterada. Mi padre, al que los médicos dieron el alta "porque aquí ya no podemos hacer nada" y al que yo quería ayudar a "dejar de sufrir" se acaba de pasar una semana en un apartamento. Por supuesto con muchas limitaciones: sin baños, paseos muy cortitos, etc. Pero ha estado allí, ha cambiado de aires y ha hecho cosas diferentes. Además habla de cuando esté mejor.
En definitiva, que se agarra a la vida como una garrapata y ahora me doy cuenta de lo enterada que he sido, porque sinceramente hubo momentos en que tuve ganas reales de matarlo, literalmente. La vida siempre me sorprende.
Aprenderé la lección.
martes, 3 de agosto de 2010
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Jejejejejeje, la vida es así, siempre nos sorprende, nunca para de abrirse camino.
ResponderEliminarUn besote