Lunes: Mi hijo ya está en Nueva Zelanda, me llama desanimado, no entiende nada. Lo siento angustiado, me angustio yo misma. Trato de convencerme de que todo pasará pronto y se adaptará. Ya vuelve la migraña. Por la noche, llamada inesperada: a mi hermana le ha contado el acompañante del de la cama de al lado (que casi se vuelve a morir anoche también) que mi padre grita y delira por la noche y no le hacen mucho caso. Vamos a tener que volver a hacer turnos, aunque quizás sea peor, porque cuando nos tiene alli, delira igual y además te odia por no ayudarle a levantarse (cosa que no puede hacer, claro).
A estas horas la migraña ya se anuncia con fuerza. Mi voluntad me abandona, ya no voy a estudiar nada hoy. Quizás termine dandome a mi un ataque al corazón o un subidón de tensión y todos pal carajo.
Lo de tu padre... mal asunto.
ResponderEliminarLo de tu hijo... totalmente lógico, 50 mil horas de vuelo, llegas allí, no conoces a nadie, escuchas el peor acento inglés del mundo (el acento de Nueva Zelanda es muuuuy raro) y claro, te sientes perdido. Pero en una semana, que conozca 4 chicas por allí, ese no se quiere volver, jejejejeje.
Y tú... pues intenta tomártelo con calma, porque si te pones tú mala... chungo.
Un besote
Entiendo como te sientes con lo de tu padre. Yo me encontre con una situacion similar con el mio. Y se me mezclaba la lastima y el odio, la verdad.
ResponderEliminarLo de tu hijo, deja que pasen los dias, es durillo pero se ir acostumbrando. Ya veras.
Y tú, intenta cogertelo todo con mas calma (si es que eso es posible) porque al final la perjudicada eres tu, y no puede ser eh.
Besos cielo aqui me tienes para lo que necesites.
Gracias a los dos por los ánimos. Besotes.
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