LA RABIA

Tuve nueva cita con Ayoce, mi psicólogo y yo misma me quedé un poco alucinada de como estuve. La hora entera habla que te habla, contándole todo lo que me ha pasado: mi encuentro con esa amiga del pasado que me dejó claro que mi ex me mentía; el tema del cáncer y lo falsa que es la ley de la atracción; una pelea que tuve con Arturo y Peter, que ya paso de ellos porque son como niñatos de primaria; otra que tuve con uno al que le presté una guía de viaje y que no tenía intenciones de devolverme (pero terminó devolviéndomela por como me puse); etc. En definitiva, el sentimiento predominante: la rabia y su manifestación exterior: estoy de uñas con todo el mundo, especialmente en el trabajo, donde a este paso, dentro de nada me veo hablando con las paredes.

Además, si la ley de la atracción es una patraña, vayan a la basura todos los libros de autoayuda y a partir de ahora me voy a permitir el lujo de desear lo que me de la gana. Que alguno me hace algo con el coche...pues le deseo que se estampe en la próxima curva y si pasa no será por culpa mía. Y así con todo, especialmente en el trabajo, donde no me siento a gusto y estoy cansada de ser la benevolente, la paciente, la que lo aguanta todo. Lo más interesante es que además me da igual.

Ayoce no lo vio tan positivo, dice que está bien que saque esa rabia fuera, pero que tenga cuidado no sea que lo vaya a pagar con quien no se lo merezca. Dice que mi rabia es contra mi ex (yo creo que también es contra otras muchas cosas, contra mi misma probablemente), que si creo que me puede servir de algo que le llame o quede con él y le suelte todo lo que se me apetezca decirle. No por lo que él pueda contestar, simplemente por si a mi me apetece cantarle las cuarenta. Yo la verdad es que descarto la idea totalmente. Su recomendación, que escriba sobre nuestra relación, porque sino me será muy difícil digerirla. Tampoco se me apetece escribir sobre eso, pero lo tendré en cuenta. Por lo demás Ayoce dice que para nada ha pensado en ningún momento que dejemos de vernos, que aún me hace falta, así que seguiré yendo. Aún me queda mucho camino, aunque ya sepa porque vereda seguir mis pasos.