viernes, 30 de octubre de 2009

LLEGANDO AL FINAL

Hoy por fin era el día, tras nueve meses de espera, todo un parto. Me refiero al tema del VPH. No he estado especialmente nerviosa, pero sí muy distraida y he dormido poco y mal, así que luzco unas hermosas ojeras violáceas que no pasan inadvertidas. No puedo decir qué deseaba más, sólo que estaba bastante convencida de que el resultado iba a ser mediocre, es decir, cáncer pero no tan grave como para pensar en morirme mañana.


He tratado de pensar en las consecuencias, no físicas o materiales, sino más bien psicológicas, y la conclusión ha sido clara. Si tenía cáncer, se cumplía la Ley de la atracción, en caso contrario, esa Ley es una farsa. ¿Por qué? Porque yo he deseado durante mucho tiempo que me diera lo que fuera con tal de morirme lo antes posible. Y que no me vengan conque a lo mejor en el fondo no lo deseaba, porque lo deseaba firmemente, sobre todo cuando tuve el "problema" sexual que tuve con mi ex. Me sentía humillada, basura y culpable de haber permitido que algo así me ocurriera. Y luego, ya divorciada, seguí sintiéndome así cuando uno de mis hijos, el único que en ese momento vivía conmigo, me siguió tratando como si fuera justo eso, basura. Tras pasar por algo así entiendes lo que es el maltrato psicológico y aunque no fue mi caso, también entiendes como es posible el maltrato físico.


Para asombro de mi misma, llegado el momento estaba muy tranquila. Me ha venido una idea a la cabeza: fuera lo que fuera no iba a ser peor que lo que ya he pasado, que eso sí que fue un cáncer, lento y degradante, que terminó siendo mortal, matando a la persona que era yo, aquella que creía en el amor verdadero y en tantas otras cosas.


Así que muy tranquila me he sentado por fin delante del médico y éste simplemente me ha dado la enhorabuena, dice que tengo unas defensas estupendas que han acabado con el VPH y con no sé que más, y que todo estaba en regla. Y yo me he quedado muda porque estaba tan convencida de que iba a tener algo que no he sabido reaccionar. Después me ha dado pena del médico, que tendrá que estar día sí, día no, dando malas noticias y para una vez que las tiene buenas no recibe ni un yupi efusivo pero así soy yo, si me hubiera dado malas noticias tampoco hubiera derramado ni una sola lágrima o al menos eso creo.


Me he marchado con una sensación extraña, como aturdida y en el ascensor me he tropezado con la chica que entró antes que yo, que iba llorando, supongo que para ella fueron malas noticias.

No voy a decir que no me he alegrado, tengo algunos planes y operaciones o tratamientos engorrosos los hubieran estropeado, planes sobre buscar un trabajo mejor o vivir en otra isla. Entonces he caído en la cuenta: la Ley de la atracción es una patraña y vayan a la basura también todos los libros de autoayuda. Tantos que he leído y ninguno me ayudo a no perder la dignidad. A partir de ahora, reniego de todos ellos y además desearé lo que me de la gana, sin miedo a las consecuencias. Esta es la nueva Verónica, la que no cree en el amor verdadero, la que no lee libros de autoayuda y la que va a terminar ganando mucho dinero. Ahora al menos empiezo a ver el final de esta etapa en la que me he sentido muerta en vida, ahora empiezo a ser otra persona, que ahí es nada.

4 comentarios:

  1. Como me alegro de leerte, de leerte de esta forma, con esa fuerza que por fin sale de ti. Que domina tu ser. Se fuerte, creete de una vez que la que mas vale eres tu.

    Besos cielo y aqui estamos a tu lado.

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  2. Y como me alegro yo de tu visita, especialmente hoy que he tenido un día de esos en los que pierdes toda fé en la humanidad. Muchisimas gracias por tus palabras y tus ánimos.

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